SAUDADES.
Que terribles son las añoranzas que no pueden evitarse, esas que roen lentamente el alma, esas que calan las entrañas y las carcomen con el paso de los días, luego los meses, más tarde los años y al final el resto de la vida, la añoranza por los días infantiles, cuando la vida parecía infinita, los años pasaban lento, y los problemas tenían todos solución...las añoranzas por el abrigo nocturno de las manos de los abuelos, sus historias, sus experiencias, un alma nueva y una gastada compartiendo caminos por desandar...añoranza por las calles caminadas de la mano de mi padre, dolor por el tiempo perdido en rencillas, mis rencillas rebeldes de adolescente que veía a su padre como su opresor enemigo...hace 10 años mi padre murió...vivimos sabiendo que existen cosas que jamás regresan, los buenos amigos que se perdieron con los primeros años de juventud, las charlas compartidas, las complicidades escolares, la busqueda de una identidad...el primer amor, ese que era de naturaleza pura y bondadosa, de secundaria, era rubio de ojos verdes, muy delgado, y nos intercambiabamos cartas con hojas de hello kitty...lo que no vuelve...el hallazgo de esa identidad tan anhelada, el construir mi personalidad y asirme a ella...muy bien, un día dejé de ser Adriana Torres y comencé a ser Dammiel Mora, y decidí ser escritora...añoranza pura, por las noches en el departamento de mi hermano Carlos, bebiendo cubas y cantando boleros hasta el amanecer...añoranza¡¡¡...dolor añejo, por el único amor verdadero, el que se sabe reconocer al encontrarlo, hondo vacío aunque pasen los años con sus mil lunas y sus mil soles, vacío por su voz, el cantar de los cantares entre millones de voces: inconfundible. tragedia, por esa única mirada que conmueve el alma una sola vez en la vida, por ese brillo único que no volvemos a encontrar en nadie más...añoranzas, vacíos, la vida es un enorme vacío, no pertenecemos a nadie, nada nos pertenece, nacemos sin nada, nos vamos sin nadie...añoranzas...
-Adriana Dammiel Mora-
-Adriana Dammiel Mora-
0 comentarios